¡Hola viajerines! Viajar a Transilvania en invierno puede parecer un plan atípico, pero para nosotros fue el escenario perfecto para vivir una aventura inolvidable. En marzo de 2023, cuando estaba embarazada de dos meses, mi pareja y yo decidimos embarcarnos en una ruta en coche de siete días por esta región fascinante de Rumanía. ¿El objetivo? Descubrir los paisajes de ensueño, las leyendas medievales y seguir los pasos de Vlad Țepeș, el príncipe que inspiró la figura de Drácula.
Rumanía nos atrajo por su conexión directa con Barcelona, con vuelos asequibles y cómodos hasta Bucarest y Cluj-Napoca. Nuestro itinerario nos llevó de sur a norte, comenzando en la vibrante capital, Bucarest, y terminando en Cluj-Napoca, la puerta norte de Transilvania. Este recorrido nos permitió explorar pueblos medievales, castillos de cuentos de hadas y espectaculares paisajes de los Cárpatos, además de aprender sobre la rica historia y cultura del país.
Durante nuestro viaje, nos sorprendió la facilidad de moverse en coche por Transilvania. Las carreteras están en buen estado y las distancias entre destinos son manejables, lo que lo convierte en una opción ideal para una ruta autoguiada. Es cierto que leímos que las carreteras en algunos lugares no estaban muy bien, pero sinceramente, las vimos en bastante buen estado, incluso por las zonas de montaña. Además, viajar en invierno añadió un toque mágico, con paisajes nevados y menos turistas en las principales atracciones.
En este artículo, te contaré nuestra experiencia día a día, desde los imponentes castillos de Sinaia y Bran hasta los encantadores pueblos de Viscri y Sighișoara, pasando por la vibrante ciudad de Brașov. También compartiré consejos prácticos, anécdotas personales y datos históricos para que puedas planificar tu propia aventura en esta tierra mágica.
Si te atrae la idea de explorar una región llena de misterio, cultura e historia, acompáñame en este viaje de 7 días a través de Transilvania. ¡Prepárate para sumergirte en una ruta que combina cuentos de vampiros, paisajes impresionantes y un toque de romance invernal!
Nuestro primer día de ruta comenzó temprano en Bucarest, donde alquilamos un coche con Alana Rent para emprender nuestra aventura por Transilvania. Recogimos el vehículo a las 9 de la mañana en el aeropuerto de Otopeni y, tras una breve explicación sobre el coche y las rutas, nos lanzamos a las carreteras rumanas. La empresa de alquiler, que ofrece atención las 24 horas (+40 733 525 262), fue una opción cómoda y eficiente para recorrer la región a nuestro ritmo.
Desde Bucarest, nos dirigimos hacia Sinaia, conocida como la "Perla de los Cárpatos". Este encantador destino de montaña se encuentra a poco más de 1 hora y 40 minutos en coche desde el aeropuerto de Otopeni. El paisaje durante el trayecto es simplemente espectacular, con montañas y bosques que anticipan la magia de Transilvania.
Nuestra primera parada fue el Castillo de Peles, una de las joyas arquitectónicas más emblemáticas de Rumanía. Construido entre 1873 y 1914 por el rey Carlos I, este castillo es una obra maestra del estilo neorrenacentista alemán. Aunque el interior estaba cerrado (lunes y martes cierran), disfrutamos de un paseo por sus jardines perfectamente cuidados, desde donde se puede admirar la fachada decorada con torres, esculturas y vitrales. Este castillo fue uno de los primeros en Europa en contar con electricidad y calefacción central, algo que nos llamó especialmente la atención.
A pocos pasos se encuentra el Castillo de Pelisor, construido como residencia de verano para el príncipe heredero Fernando y la reina María. Este castillo, de estilo art nouveau, destaca por su diseño más íntimo y decoraciones doradas inspiradas en el gusto de la reina. Aunque tampoco pudimos visitar su interior, pasear entre los dos castillos fue una experiencia mágica, especialmente en invierno, cuando el entorno está cubierto por un manto de nieve.
Tras explorar los castillos, continuamos nuestra ruta hacia Brașov, una de las ciudades medievales más encantadoras de Transilvania. El trayecto desde Sinaia hasta Brașov dura aproximadamente 1 hora, atravesando pintorescos paisajes de montaña y pequeños pueblos que parecen sacados de un cuento. Llegamos a media tarde y nos dirigimos directamente al Hotel Rainer, nuestro alojamiento para las próximas tres noches.
El Hotel Rainer (Bisericii Romane 124, 500168 Brașov) es una excelente opción si buscas comodidad y cercanía al centro histórico. Con un precio de 154 € por la estancia, ofrece habitaciones acogedoras y un servicio amable. Las coordenadas GPS (N 045° 39.496, E 25° 35.611) facilitan su ubicación, y el personal nos ayudó con recomendaciones sobre qué ver y dónde comer en la ciudad.
Después de instalarnos y descansar un poco, salimos a cenar al Restaurante Sergiana (Strada Mureșenilor 28, Brașov), un lugar muy recomendado por su cocina tradicional rumana. Probamos los famosos Sarmale (rollos de carne envueltos en hojas de col) y el estofado transilvano, ambos deliciosos y a precios muy razonables (entre 6 y 7 € por plato). El ambiente cálido y rústico del restaurante fue el cierre perfecto para un día lleno de historia y paisajes increíbles.
Con el estómago lleno y la emoción del primer día aún presente, regresamos al hotel para descansar y prepararnos para seguir explorando Transilvania al día siguiente. ¡Brașov prometía ser un destino lleno de encanto medieval!
El segundo día de nuestra ruta por Transilvania comenzó con mucha emoción, ya que nos adentramos en los dominios de Vlad III Drăculea, el temido príncipe de Valaquia que inspiró la figura de Drácula en las novelas y el cine. Nuestro objetivo era visitar dos lugares icónicos: el Castillo de Bran, conocido como el "Castillo de Drácula", y la fortaleza de Râșnov, dos paradas imperdibles para entender mejor las leyendas y la historia de esta región.
A solo 30 minutos en coche desde Brașov, llegamos al famoso Castillo de Bran, que abre sus puertas al público de 9:00 a 16:00 (entrada: 11 €). Este imponente castillo, situado sobre una colina, es uno de los lugares más emblemáticos de Rumanía y una parada obligatoria para los amantes de las historias de vampiros. Aunque no hay pruebas de que Vlad Drăculea habitara aquí, se dice que pasó unos días preso en una de sus mazmorras tras ser capturado en una batalla.
El castillo se ha convertido en un lugar icónico gracias a su relación con el personaje de Drácula, popularizado por la novela de Bram Stoker y llevado al cine por directores como Francis Ford Coppola. En su interior, pudimos recorrer estancias decoradas con mobiliario de época y una exposición sobre la figura de Drácula y las leyendas que lo rodean. Las vistas desde el castillo son espectaculares, con los bosques y montañas de los Cárpatos como telón de fondo. Sin duda, es un lugar que combina historia, arquitectura y un halo de misterio que lo hace único.
Después de explorar el Castillo de Bran, nos dirigimos hacia Râșnov, un encantador pueblo situado a mitad de camino entre Bran y Brașov. En lo alto de una colina se encuentra la ciudadela de Râșnov, una fortaleza medieval construida en el siglo XIII como refugio para los habitantes locales durante los ataques enemigos. El recorrido por sus murallas y las vistas panorámicas de los alrededores nos transportaron a otra época.
La fortaleza, aunque en parte en ruinas, conserva su atmósfera histórica. Pasear por sus antiguos pasillos y admirar el paisaje desde lo alto fue una experiencia única. Además, es un lugar menos concurrido que otros puntos turísticos, lo que nos permitió disfrutar de un ambiente tranquilo y relajado.
De vuelta en Brașov, terminamos el día con una cena en el restaurante Casa Românească, situado en Piața Unirii 15. Este acogedor local es conocido por su cocina tradicional rumana a precios muy asequibles. Pedimos unas deliciosas salsichas caseras (4 €) y un jugoso filete de cerdo (5,5 €), ambos platos acompañados de guarniciones típicas de la región. El ambiente cálido y la atención amable nos hicieron sentir como en casa.
Con el estómago lleno y la emoción de haber explorado dos lugares tan emblemáticos, regresamos al Hotel Rainer para descansar y prepararnos para las siguientes etapas de nuestra ruta.
El tercer día de nuestra ruta por Transilvania lo dedicamos a explorar dos de las iglesias fortificadas más impresionantes de la región, Prejmer y Hărman, auténticas joyas arquitectónicas que forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Aprovechamos la cercanía de ambas al centro de Brașov para organizar una jornada tranquila, alternando historia, cultura y gastronomía.
A solo 20 minutos en coche de Brașov, se encuentra la Iglesia fortificada de Prejmer, una de las mejor conservadas y más visitadas de Rumanía. Esta imponente construcción, con gruesas murallas y un diseño que recuerda a una auténtica fortaleza, fue construida en el siglo XIII por los caballeros teutónicos. Su principal objetivo era proteger a los habitantes de los frecuentes ataques otomanos.
Llegamos temprano, ya que la iglesia abre sus puertas de 9:00 a 16:00. Recorrer sus pasadizos secretos y descubrir las pequeñas habitaciones de almacenamiento en las murallas fue como retroceder en el tiempo. Cada detalle de su diseño refleja una mezcla perfecta de funcionalidad defensiva y belleza arquitectónica. Además, las vistas desde las almenas permiten apreciar la tranquilidad del entorno rural que rodea Prejmer.
A 10 minutos de Prejmer, nos dirigimos hacia la Iglesia evangélica fortificada de Hărman. Aunque esta parada es opcional y menos conocida que su vecina, nos pareció un lugar encantador y tranquilo. Construida también en el siglo XIII, esta iglesia destaca por su campanario y sus frescos originales que aún conservan parte de su colorido. El recinto abre de 10:00 a 16:00, y la ausencia de grandes multitudes nos permitió explorarla con calma, disfrutando del ambiente sereno.
Tras nuestra visita a las iglesias fortificadas, regresamos a Brașov, donde dedicamos la tarde a explorar con tranquilidad esta ciudad medieval, rodeada por las montañas de los Cárpatos. Paseamos por el casco histórico, deteniéndonos en lugares emblemáticos como la Plaza del Consejo y la famosa Iglesia Negra, conocida por ser la iglesia gótica más grande de Europa del Este. Su impresionante interior y la colección de alfombras orientales nos dejaron fascinados.
Para los más aventureros, subir al Monte Tâmpa es una opción perfecta. Desde lo alto, se puede disfrutar de unas vistas panorámicas espectaculares de Brașov y sus alrededores.
Cerramos el día con una cena informal en la Pizzeria della Nonna, una famosa pizzería en Brașov conocida por sus precios accesibles y su ambiente acogedor. Probamos una pizza grande de 4 carnes (6,7 €) y una clásica margarita (4,7 €), ambas deliciosas. El restaurante está ubicado en Dr. Cantacuzino 1, y es una excelente opción para quienes buscan un lugar relajado para cenar tras un día de exploración.
De vuelta en el Hotel Rainer, nos relajamos recordando todo lo que habíamos descubierto. Este día, dedicado a la historia y la cultura, fue perfecto para recargar energías antes de seguir nuestra aventura por Transilvania.
La mañana comenzó con energía en Brașov, donde recogimos todas nuestras cosas del hotel, ya que continuábamos con nuestra ruta por Transilvania. Este día nos llevaría a descubrir algunos de los pueblos más pintorescos y auténticos de la región antes de llegar a la mágica ciudad de Sighișoara, un tesoro medieval declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Desde Brașov, condujimos aproximadamente 1 hora y 15 minutos hasta llegar a Viscri, un pequeño pueblo que parece haberse detenido en el tiempo. Sus casas de colores pastel, con tejados de estilo sajón, y su atmósfera tranquila lo convierten en un destino único en Transilvania.
Dimos un breve paseo por sus calles empedradas hasta llegar a su famosa iglesia fortificada, un tesoro arquitectónico incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aunque nuestra parada fue corta, disfrutamos enormemente de la serenidad del lugar y de su belleza rural.
A tan solo 25 minutos en coche desde Viscri, llegamos a Saschiz, otro encantador pueblo que conserva la esencia de Transilvania. Paseamos por sus calles tranquilas y admiramos su torre fortificada, que se alza como un símbolo de la herencia sajona de la región. Este lugar, menos turístico que Viscri, nos permitió disfrutar de un ambiente más relajado y auténtico.
Tras otros 20 minutos de carretera, alcanzamos nuestro destino principal del día: Sighișoara, un auténtico tesoro medieval. Nos alojamos en la acogedora Pensiunea Gasthaus Alte Post, ubicada en pleno corazón de la ciudadela (P-ta Hermann Oberth 38). Este alojamiento, con un precio de unos 46,5 €, ofreció el equilibrio perfecto entre comodidad y proximidad a los principales puntos de interés.
Comenzamos nuestra visita subiendo por la famosa Escalera Escolar, un pasaje cubierto de madera con 176 escalones, construido en el siglo XVII para conectar la ciudad baja con la iglesia de la colina y la escuela. Subir por esta escalera, envuelta en un ambiente misterioso, fue como retroceder en el tiempo.
Después, exploramos el Museo de Armas y la Sala de Torturas, dos espacios que revelan el lado más oscuro y fascinante de la historia de Sighișoara. Estos lugares nos permitieron adentrarnos en el pasado medieval de la ciudad, con exhibiciones de instrumentos de tortura y armas de guerra.
De camino a Sighișoara, paramos en Casa Păstrăvarului, un restaurante de carretera ideal para una comida económica y sabrosa. Probamos el pollo empanado (5 €) y la trucha de río (4 €), platos sencillos pero deliciosos que nos llenaron de energía para continuar el viaje.
Por la noche, cenamos en La Rotiserie, un local popular de Sighișoara que ofrece platos tradicionales a precios asequibles. Pedimos el pollo con patatas fritas (3,5 €) y las costillas de cerdo (4 €), disfrutando de una comida reconfortante en un ambiente auténtico.
Este cuarto día, con su combinación de pueblos encantadores y una ciudad medieval de cuento, fue sin duda uno de los momentos más mágicos de nuestra ruta por Transilvania.
El quinto día de nuestra ruta por Transilvania comenzó en la encantadora ciudad de Sighișoara, donde pasamos una última mañana explorando este tesoro medieval antes de continuar hacia Sibiu, con una parada en el impresionante Museo Astra. Fue una jornada repleta de historia, cultura y deliciosas experiencias gastronómicas.
Antes de partir, aprovechamos para visitar la Casa Drácula, situada en la ciudadela de Sighișoara, una de las más antiguas habitadas de Europa. Esta fue la casa natal de Vlad Drăculea, nacido en noviembre de 1431. Actualmente, el edificio alberga un restaurante turístico, pero es posible visitar su interior y disfrutar de una experiencia temática. Aunque los precios son algo elevados, decidimos probar la famosa sopa con pan (6,3 €) y una cerveza de Drácula. La ambientación medieval y la conexión con la leyenda del vampiro más famoso del mundo hicieron que valiera la pena detenernos aquí.
Dejamos Sighișoara y nos dirigimos hacia Sibiu, un trayecto de aproximadamente 1 hora y 30 minutos en coche. En el camino, hicimos una parada estratégica en el Museo Astra, un museo al aire libre dedicado a la vida rural y las tradiciones de Rumanía. Este lugar, que abre todos los días de 9:00 a 17:00, es un espacio fascinante que combina historia y naturaleza.
Recorriendo sus senderos, descubrimos réplicas de molinos, casas típicas y talleres que narran siglos de historia rural. El entorno, rodeado de naturaleza y lagos, ofrece una experiencia tranquila y educativa que encantará a quienes buscan conectar con el pasado de Rumanía. Recomendamos reservar al menos dos horas para disfrutarlo con calma.
Por la tarde, llegamos a Sibiu, una ciudad que destaca por su atmósfera medieval y su arquitectura única, especialmente sus famosas casas con ojos en los tejados. Sibiu fue la capital de Transilvania durante los siglos XVII y XVIII y su rica historia se refleja en cada rincón de su casco histórico.
Paseamos por las principales plazas, como la Gran Plaza (Piața Mare) y la Plaza Pequeña (Piața Mică), donde los edificios históricos y las coloridas fachadas crean un ambiente vibrante. También cruzamos el Puente de las Mentiras, un lugar lleno de historias y leyendas que no puedes perderte.
Para cenar, elegimos el Restaurantul Prima, conocido por sus precios populares y su cocina tradicional. Probamos el Sarmale (5 €) y el Cordon bleu (3,5 €), ambos platos sabrosos y muy bien presentados. Este restaurante es ideal para quienes buscan disfrutar de la gastronomía local sin gastar demasiado.
Nuestro día terminó en el Hotel Marabella, ubicado en el corazón del casco histórico de Sibiu (Strada Târgul Peștelui Nr. 13). Con su excelente ubicación y habitaciones cómodas, fue el lugar perfecto para descansar tras una jornada llena de descubrimientos.
El quinto día de nuestra ruta nos permitió disfrutar de una transición perfecta entre historia, cultura y naturaleza, desde la magia medieval de Sighișoara hasta el encanto moderno de Sibiu. Sin duda, Transilvania seguía sorprendiéndonos en cada paso del camino.
El sexto día de nuestra ruta por Transilvania nos llevó a descubrir uno de los castillos más impresionantes y cargados de historia de Rumanía: el Castillo de Hunyad o Castillo de Corvin, famoso tanto por su arquitectura como por las leyendas que lo rodean. Cerramos la jornada explorando la ciudadela de Alba Iulia iluminada por la noche, un espectáculo que no puedes perderte si visitas esta región.
Tras dejar Sibiu, donde habíamos explorado su casco histórico el día anterior, nos dirigimos directamente hacia el Castillo de Hunyad, un trayecto de aproximadamente 2 horas en coche. Este impresionante castillo gótico, ubicado en Hunedoara, nos recibió con sus torres altas, puentes levadizos y un aura que parece sacada de un cuento de hadas. El castillo está abierto al público de 9:00 a 17:00, lo que nos permitió dedicar la mañana a recorrerlo con calma.
Construido en el siglo XV, el Castillo de Hunyad combina elementos góticos y renacentistas que lo convierten en una obra maestra de la arquitectura medieval. Su historia está vinculada a Vlad Țepeș, quien, según algunas leyendas, estuvo prisionero en una de sus mazmorras. También ha sido escenario de producciones cinematográficas como Ghost Rider, protagonizada por Nicolas Cage.
Durante nuestra visita, exploramos sus majestuosas salas, la capilla, el patio interior y la famosa sala de los Caballeros. La atmósfera del lugar, junto con las historias de conspiraciones y torturas, nos trasladó a una época llena de misterio.
Justo frente al castillo, visitamos el Museo de la Tortura, un pequeño pero impactante espacio que alberga una colección de instrumentos de tortura medievales. Aunque es una visita breve, complementa perfectamente la experiencia del castillo al mostrar el lado más oscuro de la historia de la región.
Después de nuestra visita al castillo, nos dirigimos directamente a Alba Iulia, un trayecto de aproximadamente 1 hora en coche. Nos alojamos en la Pensiunea Select, un lugar acogedor situado en Str. Biruintei Nr. 72, ideal para descansar tras un día de exploración. El personal fue muy amable, y las habitaciones, cómodas y bien equipadas, nos ofrecieron el confort necesario.
Una vez instalados, nos dirigimos a la ciudadela de Alba Iulia, un lugar que cobra vida bajo la iluminación nocturna. Esta fortificación, con su diseño en forma de estrella y su rica historia, es uno de los lugares más emblemáticos de Transilvania. Paseamos por sus murallas, atravesamos sus imponentes puertas ornamentadas y visitamos la Catedral de la Reunificación, todo ello rodeado por un ambiente tranquilo y mágico.
Las luces de la ciudadela resaltan los detalles arquitectónicos, creando una atmósfera romántica e inolvidable. Caminar por sus calles adoquinadas bajo el cielo estrellado fue un cierre perfecto para un día lleno de historia y descubrimientos.
El último día de nuestra ruta por Transilvania comenzó con una visita diurna a la ciudadela de Alba Iulia y terminó en Cluj Napoca, donde exploramos tanto el centro de la ciudad como uno de los lugares más misteriosos de Rumanía: el Bosque Hoia Baciu, conocido por sus árboles retorcidos y leyendas de avistamientos de ovnis. Fue un día lleno de contrastes que nos permitió cerrar este viaje con una mezcla de historia, naturaleza y misterio.
Tras desayunar en nuestro alojamiento en Alba Iulia, regresamos a la ciudadela para visitarla con calma y entrar a los lugares que de noche estaban cerrados. La Catedral de la Reunificación, con su imponente arquitectura y significado histórico, fue una de nuestras paradas destacadas. Paseamos también por las murallas y atravesamos las puertas ornamentadas, disfrutando de las vistas y del ambiente tranquilo de la mañana.
El aparcamiento fuera de la zona fortificada, que normalmente es de pago, nos salió gratuito al ser domingo, lo que facilitó la logística de nuestra visita antes de dirigirnos a Cluj Napoca.
Después de recorrer Alba Iulia, emprendimos el trayecto hacia Cluj Napoca, un viaje de aproximadamente 1 hora y 20 minutos. Al llegar, nos dirigimos al centro de la ciudad para descubrir algunos de sus lugares más emblemáticos. Paseamos por el Parque Central Simion Bărnuțiu, un oasis verde ideal para relajarse, y visitamos la Catedral de la Dormición de la Madre de Dios, una joya de la arquitectura ortodoxa.
Recorriendo las calles principales, disfrutamos del ambiente vibrante de Cluj Napoca, una ciudad que combina historia y modernidad, y nos detuvimos en algunos de sus rincones más característicos antes de emprender nuestra siguiente parada.
Uno de los momentos más fascinantes del día fue nuestra visita al Bosque Hoia Baciu, situado a las afueras de Cluj Napoca. Este bosque es famoso por sus árboles retorcidos y las historias que lo rodean: desde supuestos avistamientos de ovnis hasta fenómenos paranormales. Pasear por sus senderos, rodeados de un paisaje tan peculiar, fue una experiencia única. La atmósfera del bosque, junto con las leyendas locales, lo convierten en un lugar que merece la pena visitar, especialmente para quienes buscan algo fuera de lo común.
Por la tarde, regresamos al hotel Pensiunea Max, ubicado en Strada General Traian Moșoiu Nr.64, para descansar un poco antes de la cena. Una de las ventajas del día fue que la empresa de alquiler de coches vino directamente al hotel a las 20:00 para recoger el vehículo, ahorrándonos desplazamientos adicionales.
Para nuestra última cena en Rumanía, elegimos el restaurante Casa Maramureșeană, situado en Bulevardul 21 Decembrie 1989, 82. Allí disfrutamos de platos tradicionales como el Pomana Porcului y el goulash, ambos sabrosos y a precios muy razonables (5 € por plato). Este restaurante fue una excelente elección para cerrar nuestra aventura gastronómica en Transilvania.
Tras la cena, regresamos al hotel y nos fuimos a dormir temprano, ya que nuestro vuelo de regreso a Barcelona salía muy temprano al día siguiente.
Recorrer Transilvania ha sido una experiencia inolvidable, llena de historia, paisajes impresionantes y leyendas fascinantes. Desde sus castillos hasta los pequeños pueblos rurales, cada rincón nos ha contado historias que combinan misterio y tradición.
Recomendaciones para futuros viajeros:
Transilvania nos ha mostrado una combinación perfecta de misterio, cultura y naturaleza. Si buscas un destino diferente que te sorprenda a cada paso, no dudes en incluirlo en tu lista. ¡Hasta pronto, Rumanía!